Misiva germana

Roce cultural

Esta historia comienza un dia cualquiera en la Wohnheim-D. Bueno, un dia cualquiera no, ya que las fiestas de esta Wohheim tienen lugar los miercoles. Y os pongo en situacion: la residencia con tan pintoresco nombre (pintoresco por solo existir la Wohnheim-D y la Wohnheim-E, pero ninguna de las precedentes) se encuentra en la Uni, lo que traducido a un lenguaje que todos podamos entender quiere decir que esta a casi una hora a pie de nuestra humilde morada.
Sin embargo contamos con un puntual y eficiente servicio de buses que realiza este trayecto con cierta regularidad... hasta las 12:42 de la noche. Esto provoca que la mayor parte de las veces lo acabemos perdiendo y volviendo a patas (a dos o a cuatro patas, depende del dia) a casa a eso de las 4 de la manhana.

Asi que, como decia, la historia comienza un miercoles cualquiera con la fiesta de la Wohnheim-D. Como cualquier otro miercoles quedamos en una habita para tomar algo y para subir en el bus de las 11... La expedicion que se dirige a tan notable evento esta formada por los habituales + Corinna (una alemana muy maja que ya casi forma parte de los habituales) + la hermana de Patri + el novio de la hermana de Patri. Estos ultimos pasaron una pequenha temporada de visita aqui, y como podeis comprobar tan pequenha que ni me he aprendido los nombres.


Se puede apreciar el ambiente del local
Una vez alli se desarrolla una noche totalmente normal... todos nos tajamos un poco... nos ponemos a charlar con la gente... a bailar un poco... en algun momento Dani manga una botella de la barra, como ya venia siendo habitual, de la que misteriosamente desaparece el contenido... perdemos el punhetero Bus, como tambien viene siendo habitual... y asi hasta cierta hora a la que nos vamos juntando en la puerta, de una forma totalmente casual, para volver a casa.
Pero Javi, que tiene un cierto instinto cleptomano (vease anexo) no podia irse para casa sin mangar nada, por lo que agarra una de las sillas que habia por alli y se sienta comodamente fuera, como para tomar el fresco. De este sospechoso movimiento se da cuenta Corinna, que a pesar de maja, sigue siendo alemana, por lo que se acerca y empieza a darle razones por las que no se puede llevar la silla a casa. Por supuesto razones que Javi, como cualquier persona normal, ya conocia. Aun asi, os puedo asegurar que Corinna es muy convincente ya que Javi acabo dejando la silla en su sitio antes de irnos.
Este seria un "roce cultural" sin importancia si no fuera por el hecho de que unos minutos despues a Javi se le da por coger una bici que estaba perfectamente aparcada y lamentablemente sin candado. Este incidente desemboco en una acalorada discusion en la que a Corinna casi le da un ataque, como se ve en la imagen... Una discusion que ya pasaba de "roce" y no tenia nada de "cultural" por lo que Javi volvio a desistir de su intento de llevarse algo para casa.


La tension del ambiente se puede cortar con un cuchillo.
Minutos despues encontramos una valla, que yo, lo suficientemente tajado como para rememorar viejos tiempos, no pude evitar la tentacion de saltar. La altura de la valla era suficiente como para que Corinna, aun enfadada por la discusion anterior, me gritara que no lo hiciera, mientras yo ya cogia carrerilla. Como podreis suponer, y suele pasar en estos casos, logre mi objetivo de una forma totalmente ajustada y acabando topando con mi culo en el suelo, pero hay que reconocer que la foto que improviso Dani quedo espectacular, ehh?


A esas alturas Corinna ya habia decidido pasar del grupo de espanholes chalados y se iba caminando a casa. Tal muestra de debilidad fue aprovechada por Javi para "tomar prestado" un cenicero de los que se colocan a las puertas de los edificios, que segun el, necesitaba para las fiestas:




Anexo: Mobiliario que ha ido desapareciendo misteriosamente de miercoles en miercoles de la Wohnheim-D y alrededores.

Un par de tumbonas para tomar el sol, ¿por que no?

Una sencilla y practica silla transportada entre risas.

El hecho de que una silla claramente es mobiliario insuficiente provoca la desaparicion de dos sillas mas.

Diez personas en el bar. Alguien comienza a quitar los vasos de una mesa, ¿sera para ayudar a recoger? Pues no, el susodicho agarra la mesa y se pira. Ante esto su acompanhante, coje un taburete y lo sigue abandonando el local.
Alguien sale del bar corriendo por lo que el portador del taburete se da a la fuga, mientras que el portador de la mesa la coloca entre los setos con las patas hacia arriba y comodamente apoyado en ella se pone a fumar un pitillo hasta que se calme la situacion... algo por otra parte innecesario, ya que el perseguidor no era tal, sino alguien con prisa.

La hermana de Patri y su novio, pese a su corta estancia, tambien se han apuntado a la moda de "tomar prestado" y se llevan de recuerdo un bonito cojin a casa.

A la semana siguiente, aprovechando de la ausencia de la voz de la conciencia, un cierto grupo de individuos aparecieron de vuelta con tres taburetes y una bici encadenada.


PD. Esto no ha sido mas que una narracion casual de ciertos hechos... pero creo que ha llegado la hora de pronunciarme sobre el escabroso tema del "robo" innecesario de trastos.
Aun asi seguro que ya sabeis mi teoria... no me importa mangar alguna chorrada en un centro comercial o en unos grandes almacenes donde sabes que no le estas haciendo danho a nadie, y siempre asumiendo el riesgo.
Pero otra cosa distinta es la de irse a un bareto de estudiantes y dejarlos sin mobiliario, o mangarles las botellas de la barra cuando una birra de 0,5l cuesta un euro... y es por esto que yo no participo en estas tonterias. Pero alla cada uno y su conciencia, y yo no me voy a meter en medio si alguien quiere mangar una silla, del mismo modo que si aparece la poli tampoco le voy a defender... que ya somos mayorcitos y sabemos a lo que nos arriesgamos.

posted by _zarr_ @ 10:18 a. m.